lunes, 2 de octubre de 2023

02/10 Latex

Relato para el Sexytober

 - No sabía que tenías la piel tan suave... lo que oculta un buen traje- susurró una voz al oído de Luis. El joven hombre se agarró fuertemente de los estantes de la obscura habitación llena de papeles archivados. El lugar estaba desierto casi todo el año con excepción de los tiempos en que se hacían auditorías. A la suave luz de un foco que no funcionaba muy bien se encontraban Luis, el director de la compañía y Javier su mano derecha. 

- Es muy impropio lo que dices Javier - soltó. Avergonzado, su cara estaba sudada y colorada, mientras hacía esfuerzo para no soltar algún tipo de sonido extraño. 

- Es muy impropio que le pidas a tu empleado ayudarte a quitarte un traje sadomasoquista - Javier se relamió en tener al jefe que le lo llegó a poner a trabajar doble turno y perder un par de días de vacaciones, ahí sometido. De espaldas a Javier, Luis se lamentaba el haber accedido con su amante a probar cosas nuevas y que ahora se encontraba apretado en este traje de látex. La chica fue una inútil y frustrada de los insultos de su conveniente prometido lo dejó por su cuenta. Esto llevó a que Luis tuviese que pedir ayuda a uno de sus empleados. 

Luis era un jefe cuadrado y demasiado preocupado en su trabajo. Rara vez establecía relaciones más que para provecho Usaba su porte, su posición y su voz para infundir la disciplina y que las cosas funcionaran bien... pero en este momento no podía dejar de balbucear e intentar no llorar de la vergüenza. Javier lo conocía de tiempo, hasta cierto punto admiraba porque no era dudar que la compañía había llegado tan lejos gracias al trabajo exhaustivo del director. Y tenerlo ahí de espaldas casi llorando que le ayudara a bajar el cierre de la espalda de un traje de látex lo tenía consumido en fantasías. 

-Está muy duro - dijo el empleado mientras fingía forcejear con el cierre. 

-¿Cómo dices? - 

-Me refiero al cierre señor - o quizás se refería al bulto que había notado de su empleador, el cuál se movía con cada jaloneo del cierre. 

-Apresúrate por favor que el almuerzo casi termina... ayúdame...- Ese último comentario le hizo perder la cabeza. Abrazó a su jefe por el pecho y acomodó su cintura contra las nalgas para darse apoyo. -¡¿Qu...Qué haces?! - grito el jefe mientras sintió que su cuerpo era dominado por su empleado. 

-Sólo... me estoy apoyando - o eso decía, pero ambos sentían perfectamente la fricción entre las cinturas. La mente de Luis se puso en blanco y fingió estar de acuerdo que los movimientos eran necesarios. Se mintió varias veces mientras sentía su piel frotando contra el látex que recubría todo su cuerpo...Sentía el calor de Javier incluso a través del traje y las ropas. Nunca se había dado cuenta de lo fuerte que era su empleado. -Casiiii...- suspiró Javier cuándo en un tirón bajo el cierre desde la nuca hasta dónde comenzaba el pantalón de Luis dejando totalmente al descubierto la espalda de su jefe. 

Por un momento pudo jurar haber escuchado un gemido... pero sabía que era algo que no podría corroborar con el proveedor de sus quincenas. -Listo... - dijo mientras discretamente acumulaba el bulto entre sus piernas en un movimiento muy casual. Necesitaría ir al baño a limpiarse después de eso. 

-Gracias...- Dijo el otro sin darse la vuelta - ¿Podrías darme un poco de privacidad? Para poder... tú sabes... ¿cambiarme? -

-Claro! - dijo Javier con un leve sonrojo mientras se acercaba a la puerta para retirar el seguro y salir. - Para usted lo que me pida ya sabe- 

- ¿Lo que sea...? - dijo el jefe suavemente aunque notablemente agitado.

- Lo que necesite - Aseguró Javier con su mano en el pomo de la puerta.

-Podrías...quizás... ¿quedarte a trabajar más noche conmigo? -

- Sólo si se deja ese traje que trae puesto - Dijo en un tono entre coqueto y burlón. Luis no dijo nada, pero subió nuevamente el cierre hasta dónde su flexibilidad le permitió. Iba a ser una noche muy cansada de trabajo...





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