domingo, 30 de julio de 2023

El regreso del viento

 -Hace tiempo que no volvía a esa mansión -

Una joven persona de piel morena y ojos ámbar se acercó a la enorme puerta de la mansión hecha de madera con decorados de oro y la empujó. La puerta oxidada chirrió olvidada. Hacía tiempo que no entraba nadie, pero había muchos cambios en ella,  o más bien había muchos cambios que hacer.

 En un suave movimiento de su mano unas mariposas color esmeralda brotaron y en un parpadeo se transformaron en una pipa del tamaño de una varita. Si bien Heine no fumaba tabaco, le gustaba ver el humo salir de su pipa, por lo que la llenaba de hierbas dulces y aromáticas, para sentarse a ver como su fragancia llenaba algún ambiente. Tomó la pipa entre sus dedos y la ondeó. El humo comenzó a rodear la estancia llena de polvo, memorias y olvido.

-Recuerden, recuerden su forma antes de que su amo partiera, recuerden cuándo quisieron servir a su maestro-

En un abrir y cerrar de ojos la habitación completa adquirió vida, se encendieron las luces, se limpiaron los rincones, parecía como que la mansión entera le diera la bienvenida de vuelta a su eterno amo. La persona se retiró la capa esmeralda que cubría su cuerpo, la cuál se transformó en varias mariposas y se esfumaron. Sus enormes alas de lechuza se extendieron para estirarse pero de inmediato volvieron a acomodarse cómo si trajera una capa hecha de plumas. El viento ululaba y silbó alrededor mientras Heine acomodaba su descuidado uniforme de sirviente. Su marco parecía delicado aunque sus movimientos eran masculinos y poco gráciles y se notaba el propósito y destreza de cada movimiento que tomaba. 

Heine sonrió y se acarició el largo y alborotado cabello negro, que a la luz soltaba tintes colores azules.  Era tiempo de volver a tomar su lugar en la biblioteca pero quedaba mucho que hacer en esa enorme casa y esto sólo era el comienzo de la función.

-He vuelto...-



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