- Aquí pasa algo raro.- Pensó Daniel mientras se encontraba en un poco iluminado cuarto de hospital. Se había lastimado después de un choque y lo habían dejado internado un par de días para revisar que nada malo le estuviese ocurriendo. Tenía enyesado una pierna y el brazo opuesto, unas vendas en los muslos y en la cabeza y unos cuántos parches en zonas dónde el impacto lo había maltratado.
La verdad es que fuera de los dolores, se sentía bastante bien y lleno de energía, pero por recomendación de enfermería tendría que esperar dos días más para darse de alta. El estar en el hospital no era lo raro sin embargo pero lo que ocurría aproximadamente a esta hora....
-Buena noche señor Álvarez - Entró un joven sonriente de piel apiñonada, cabello corto y brazos tan grandes que apenas entraban en su uniforme de enfermero.
-Buenas noches Joseph, puedes decirme Daniel si gustas... - El enfermero se acercó a la cama y comenzó a tomar la presión y tocar la frente del paciente.
- Quizás una vez que esté de alta. En este momento... no sería profesional - Daniel se ruborizó un poco... porque sabía qué seguía. El de piel apiñonada retiró las sábanas de la cama y lo tomó por los muslos para cambiar la gaza. -Hoy parece tener un poco de temperatura, pero nada alarmante... - La vista del paciente se enfocó en su cuidador que ocasionalmente y despistadamente rozaba sus muslos al cambiarle las vendas. Podría jurar que incluso una vez lo vio relamiéndose pero quizás sólo su mente le jugaba bromas... Joseph era muy sonriente pero siempre era serio en todo momento... aunque más de una vez se había acercado demasiado a su entrepier...-¿Le duele?-
-Ah.... no... todo bien... me siento muy bien de hecho -
- Bien. Significa que estará pronto cómo nuevo. Cambiaré las vendas para que se mantengan limpias y frescas-
-Muchas gracias- La revisión continuaba Joseph era bastante eficiente. Revisaba, limpiaba y cambiaba cómo si fuese una máquina aunque curiosamente tomaba un poco más tiempo en ciertas zonas cómo los muslos, la espalda, ponía sobre todo mucho cuidado en uno de los pezones de Daniel. Siempre retiraba con suma lentitud el parche que le había puesto ahí desde el primer día. El parche tenía un cierto medicamento para el dolor y mantenía la zona protegida de infecciones, decía el enfermero pero la sensación del pegamento jalando su piel tan sensible lo ponía loco y le costaba trabajo ocultar uno que otro suspiro de placer.
-Se ve que está mejorando - Dijo Joseph acariciando el endurecido pezón de su paciente - Para cuándo salga de aquí, ya no necesitará el parche. - Daniel se preguntaba si de hecho lo necesitaba ahora... pero no le molestaba en absoluto llevarlo y que se lo cambiaran. Lo vergonzosos y molesto seguiría después...
-Ya casi acabamos - El enfermero con facilidad cargó a su paciente y lo puso de espaldas. Comenzó a golpear suavemente y masajear varias partes de la espalda. De repente, sujetó la ropa interior de Daniel, que fuera de la bata de paciente, era lo único que lo cubría.
-¿En serio es necesario?- Preguntó el paciente mientras sentía cómo bajaban su ropa interior a los tobillos.
-No se preocupe, trataré de que no sienta nada - Un algodón remojó sus nalgas antes de sentir un suave piquete. Al parecer era una ampolleta de vitaminas.. pero el sentir el cuerpo de su enfermero presionando la nalga opuesta para tener soporte... o eso decía... lo desubicaba. Pero no era lo peor.
Daniel sintió el frío lubricante en su entrada. Le alegraba estar de espaldas porque esta sensación después de sentirla diario durante una semana en vez de sorprenderlo ahora lo excitaba. Sintió la mano del fuerte enfermero entrar a su intimidad mientras le aplicaba un analgésico en supositorio.
- Señor Álvarez necesito que no empuje porque si no el supositorio no entra bien - La mano del enfermero daba vueltas suaves masajeando su interior.
-Lo siento... juro que no lo hago conscientemente -jadeó el paciente. Toda una semana de esto... una parte de él se sentía loco de pensar que esto eventualmente terminaría.
Joseph por fin sacó sus dedos, limpió y volvió a poner en su lugar la ropa interior de su paciente que trataba de todas las formas posibles evitar que su enfermero viera la tremenda erección que tenía. El enfermero lo tomó de la cintura para darle la vuelta pero Daniel protestó.
-Así esta bien! Quiero estar un rato boca abajo -
- No hay problema entonces, me retiro por el momento. - El de cabello negro cerró la puerta del cuarto apresuradamente. Debía ir corriendo al baño a ocuparse de un asunto. Además tenía que reportar que el paciente presentaba una leve fiebre... podría ser una infección... quizás habría que decirle que se quede un par de días más... por si acaso. El enfermero se sonrío así mismo, mientras seguía pensando en el baño de esponja que iba a darle a Daniel en un par de horas...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario