Érase una vez, un humano de lo más común que conocemos. Vivía en un pueblo en las montañas, dónde no sentía que fuese especial en absoluto. Harto de no sentirse diferente en un pueblo tan pequeño, se hizo unas orejas falsas de gato y salió a pasear. Mucha gente se le quedó viendo
Entre los más grandes del pueblo comenzaron a insultarlo e hicieron que los más jóvenes comenzaran a perseguirlo y atacarlo. El humano con orejas de gato salió corriendo del pueblo y no dejó de correr hasta poder ver otra población.
Al llegar se encontraría con que ninguno de los pobladores era humano. Había gatos, perros, aliens, robots, ranas, tiburones, elfos, papas, demonios, pero ni uno solo parecía ser un humano cualquiera. Su asombro hizo tirar sus orejas de gato falsas...
Al darse cuenta los pobladores se lanzaron felices hacia él. Que especial! Que único! Por fin un humano!
La cena de hoy sería increíblemente deliciosa... y ahora él sería muy importante.. siendo el plato principal.
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